Artículo de Marcelino Agís

Artículo publicado en el diario El Correo Gallego por Marcelino Agís Villaverde, Catedrático de Filosofía de la Facultad de Filosofía de Santiago de Compostela y Presidente de la Sociedad Interuniversitaria de Filosofía. 

Pienso, luego estorbo

Marcelino Agís Villaverde


Anda la comunidad filosófica española de cabeza. No es de extrañar. La reforma educativa que prepara en el Ministerio de Educación vuelve a reducir el espacio, ya minúsculo, que tienen la Filosofía en el Bachillerato.

Lo sorprendente es que, en esta ocasión, es un Gobierno liberal quien arremete contra la filosofía. Habitualmente, eran los gobiernos socialistas quienes iban contra las humanidades. Para ellos el progreso era la ciencia y la técnica y frente a ella sacrificaban las asignaturas de humanidades, antiguallas inservibles de un tiempo en el que la gente valoraba saber hablar con propiedad, escribir con corrección y conocer la historia cultural de Occidente. ¡Qué cosas!

Dicen que nuestra identidad europea es una síntesis de la filosofía griega, el derecho romano y el cristianismo. Comparto plenamente este esquema que resume más de veinticinco siglos de cultura occidental y le recuerdo, señor ministro, que es precisamente la filosofía la encargada de enseñar a nuestros jóvenes quiénes fueron los protagonistas de esta grandiosa historia.

La cultura griega clásica, el helenismo, los mil años de filosofía medieval, la nueva visión del mundo y del cosmos en el renacimiento, la pasión racionalista de la filosofía moderna, el nacimiento de la democracia liberal en la ilustración, todo esto, y muchas otras cosas la enseñan los profesores de filosofía a nuestros jóvenes.

¿Queremos jugar a formar burros? ¡Adelante! Los frutos ya los estamos recogiendo.